Sentirte preso de un sentimiento es la peor sensación
que el ser humano conoce, ser esclavo de uno mismo, donde las cadenas las pone
tu mente y el candado tu corazón. Y lo peor es que no sabes si algún día se
disipará tal sentimiento, si dejará de estar ahí, si se irán esos fantasmas
hacia un lugar mejor, porque nadie puede preguntarles si tienen pensado
quedarse o por cuánto tiempo.
Sólo sabes que la vida va pasando y tú sigues
siendo prisionero de recuerdos, esperando que algún día llegue alguien y te
libere y te haga ver la vida de otro lado, que te coja de la mano, y que te
eleve, que camine contigo y te ilumine y que sólo con clavar sus pupilas en las
tuyas sea capaz de romper aquel candado que alguien dejó olvidado. El problema
es que es una condena indefinida, no sabemos cuándo ni a qué hora llega eso que
tanto esperamos, sólo sabemos que dicen que llega cuando menos te lo esperas… Y
la espera se hace tan dura que no sabes de qué manera afrontarla y es entonces
cuando mis sentidos intentan llamarte despertando en mi sentimiento
que no soy capaz de dormir, se hace muy duro colgar todo aquello que soñamos y
pensar en todo lo que seré sin tu voz.
Muy bueno. Me gusta como escribes :)
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